nada mas salubre para el corazón y el alma humana que la rebeldía, ese derecho a manifestar el inconformismo que nos fue dado para que contrarrestáramos el hostigamiento de fuerzas oscuras y que, hoy más que nunca, es necesario emerja si queremos regalarnos algo de dignidad; una pausa para pensar y fluir en este mundo de acosos que se caracteriza por el desconocimiento de si mismo.
Pero la rebeldía es mas que un sentimiento de rechazo por algo, mas que una moda que se lleva como un traje que oculta nuestras debilidades. La rebeldía coomo necesidad de un tiempo sin claridad ni rumbo, solo puede ser factible en cuanto existe un fundamento previo, una pila de argumentos que la justifican y que avalan cualquier acto revolucionario por ínfimo que sea.
Un sentimiento es real solo cuando se interioriza, cuando ha sido manoseado lo suficiente como para reconocer su naturaleza y las múltiples posibilidades de su accionar, es decir, cuando todo en vos está claro, sereno y traes bien abiertos los ojos de tu interior y cuando atento has escuchado la voz de tu conciencia.
Hoy, en el clima hostil en que se desenvuelve el espíritu humano, se hace necesario que hayas topado ya con esa conciencia revolucionaria... esa que siempre ha estado ahí, pero que intencionalmente ha sido envilecida y silenciada por falsos moralistas.
Confinados en una represión de talante totalitaria hemos retraído el malestar a niveles casi enfermizos, siempre aguardando por aquel instante propicio en el cual poder expresarnos libremente, en el cual poder ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario