miércoles, 31 de marzo de 2010
De: Los nadie, de Eduardo Galeano
Todos los seres humanos tenemos un problema en común -bueno para algunos, no tanto para otros, para la gran mayoría no lo es- estamos condenados al nacer. Siempre he pensado que por situaciones azarosas -con z- el ser humano llega al mundo en condiciones de ser o no ser alguien. Desafortunadamente los que crecen, o mas bien dicho, crecemos en el mundo de los nadie nos vemos obligados a ser fichas de un ajedrez manejado por los que, injustamente, pero con algo más de suerte, tuvieron la dicha -o desdicha- de indicar las coordenadas. Los nadie son las causa del porque las direcciones en las que se mueve el mundo son, valga la redundancia, dirigidas por los que, dizque son alguien. No hay suerte para los nadie, es inútil esperar que esta aparezca; pero si no hay suerte, hay una esperanza... la esperanza de seguir en pie, dignamente y con la convicción de vivir con la cabeza bien en alto.
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